Paula en su primer mes de voluntariado social en Sliven (Bulgaria)

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El recibimiento de mi voluntariado en Bulgaria por parte de la organización aquí ha sido genial, incluso nos han llevado una vez a comer a un restaurante para que conozcamos la comida búlgara. La única pega son las clases de búlgaro que básicamente, no hacemos nada.

Por ahora hemos comenzado a trabajar (mi compañero David y yo) en 7 centros diferentes (ellos los llaman orfanatos pero no todos lo son según el concepto de “orfanato” que tenemos en España). Estas semanas hemos desarrollado diferentes actividades aquí van algunas de ellas:

– Primeros encuentros: juego de “pasar la pelota” realizando una breve presentación

– “Adivina lo que hay dentro de la caja”: para estimularlos y aprender nuevas palabras

– Creación de una versión del juego del Lince español desde cero reutilizando revistas de los supermercados (aquí se tiran cientos cada día).

– Hemos cocinado crepes (antes de comenzar a cocinar les contamos un poco sobre dónde está Francia y tal) para motivarlos a hacer cosas en grupo.

– Creí interesante crear un”buzón de sugerencias” y dejarlos en los centros por si algunos jóvenes que son tímidos y no son capaces de hablar directamente con nosotros o sus
responsables quieren realizar propuestas, las dejaran ahí (en las fotos se ve como la caja con hojas)

Por otra parte quiero destacar dos propuestas propias realizadas a la “Youth House” (centro desde el que trabajamos en nuestro voluntariado en Bulgaria):

Tengo la sensación de que este voluntariado en Bulgaria está enfocado a prestar una ayuda asistencialista (porque las razones por las que estas personas llegan a estas situaciones no las cambiamos) y, esta idea me generó los primeros días algo de desesperanza. Por ello quise realizar propuestas que trascendieran los muros de los orfanatos:

1. He propuesto en mi organización pedir al ayuntamiento que nos cedan un lugar abierto de la ciudad donde cualquier joven pueda grafitear. Considero que, de este modo, se empoderan de su propia ciudad, crean lugares donde poder expresarse y generan sentimientos de identificación con la ciudad en la que viven (uno de los graves problemas de Sliven es que todos los jóvenes que tienen oportunidad de emigrar lo hacen, no hay afán por mejorar la situación de aquí).

Mi organización me ha dado luz verde para realizar la propuesta en el Ayuntamiento así que estamos en proceso de desarrollar mi idea. A mi compañero David le ha parecido una idea genial así que trabajaremos juntos en la misma.

2. Dicen que llevan 20 años recibiendo voluntarios y no tienen ningún tipo de memoria de actividades (tampoco me han facilitado el contacto con los voluntarios anteriores).

Al llegar, tanto mi compañero David como yo hemos partido desde cero. 20 años y no sabemos (más por lo que los tutores vagamente recuerdan y algunas fotos de Facebook) ninguna actividad desarrollada años anteriores. No tenemos acceso a ningún tipo de evaluación de las actividades que han desarrollado anteriores voluntarios.

Absolutamente nada. Como considero que esto es una gran pérdida de información he propuesto a la directora del centro crear una Memoria de Actividades en inglés para que todas las actividades que desarrollemos durante este año (junto con la finalidad de las mismas, justificación y por supuesto EVALUACIÓN) queden al alcance de futuros voluntarios. La directora me ha dado luz verde así que otra propuesta propia que sale adelante este mes.

Escrito por Paula, voluntaria europea en Sliven (Bulgaria)

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