Pablo ha disfrutado mucho de su voluntariado en Estonia

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Pablo pasó unas semanas de este verano realizando un voluntariado en Estonia con jóvenes de otros países para trabajar con niños de la comunidad local. Esta ha sido su experiencia.

El voluntariado en Estonia de Pablo

Elegí Estonia como lugar para realizar un voluntariado porque es un país en pleno progreso, en pleno desarrollo, dicen que es el país más tecnológico de Europa.  Me interesaba conocer la cultura del país y hacer algo que no había hecho nunca ¿qué mejor forma para empezar a conocerla que trabajando con niños? En cierto modo son un reflejo sincero de la sociedad en la que viven.

Entre otras, estas fueron las dos razones que más peso tuvieron a la hora de decidir participar durante dos semanas en el proyecto que ofrecía “The International Language Cam in Down-Town”.

Éramos un grupo compuesto por nueve voluntarios y una coordinadora provenientes de distintas partes del mundo (China, Méjico, Armenia, Grecia, Italia y España).

El tema del intercambio era la “diversidad cultural” y el objetivo principal de este era que los niños practicaran y aprendieran inglés. El grupo estaba formado por unos treinta y cinco niños, estonios y rusos, cuyas edades no superaban los quince años, nuestra forma de trabajar se basaba en dinámicas de grupo, los niños fueron divididos en cuatro equipos el A, B, C y D, cada día tenían que cooperar entre sí haciendo uso del inglés y de los recursos aprendidos para superar satisfactoriamente los distintos retos.

Trabajar con niños no es una tarea fácil, requiere de mucha paciencia, pero al final te llevas una alegría cuando te das cuenta de que tu esfuerzo ha merecido la pena, ves que ellos te imitan, se esfuerzan en sus trabajos para impresionarte y sobre todo que han aprendido de ti, has sido un ejemplo y modelo para ellos.

Por otro lado, el hecho de trabajar con gente de un país distinto al tuyo, con una cultura diferente y con otra forma de ver las cosas enriquece un montón en todos los sentidos de forma indirecta.

Fueron dos semanas que se hicieron muy amenas, verdaderamente no sé si aprendieron ellos más de nosotros o nosotros más de ellos.  Me llevo amigos para toda la vida.

Simplemente una experiencia diferente.

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