Juan quiere cambiar el mundo para hacerlo más sostenible

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La primera impresión que me dejó Rumanía fue la de un país pobre y viejo de estaciones antiguas y destartaladas. Al mismo tiempo me resultó un país abierto y amable con el extranjero pues me sucedió algo que no me había pasado antes, por primera vez hice todo mi largo viaje comunicándome con la población local, desde el primer tren hasta el último.

La gente fue muy entregada conmigo y también con el resto de españoles que llegamos por diferentes medios a Eforie Nord, pueblo costero ubicado al sur de Constanza.

El proyecto que realizamos estaba enfocado en la integración de gente con bajos recursos y personas con discapacidad fomentando el deporte y la interacción entre los grupos de las distintas nacionalidades. Los diferentes países convocados eran Moldavia, Rumanía, Portugal y España de los cuales solo los dos primeros contaban con personas con discapacidades.

Debo reconocer que en los primeros días y a lo largo del curso existió una tendencia a la separación de participantes por grupos. Así los grupos de España y Portugal tendían a unirse entre ellos al igual que los de Moldavia y Rumanía.
Nos alojamos en un campamento situado a orillas del Mar Negro donde hicimos dinámicas y juegos y poco a poco nos fuimos conociendo. Me avergüenza decir que en los primeros días no me llegué a dar cuenta de que contábamos con personas ciegas, simplemente porque eran invisibles para mí al igual que lo son muchas veces para la sociedad.

A lo largo del proyecto fui conociendo a todas estas personas enriqueciendo mi forma de ver el mundo. Respecto a la organización debo señalar que tuvimos que reclamar en varias ocasiones que nos dieran más comida y que las actividades no estaban lo suficientemente bien organizadas ni pensadas de antemano. No obstante todo el grupo tuvimos la posibilidad de aprender de la diversidad y de la interacción con gente diferente.
Una vez terminado el proyecto los líderes de las diferentes nacionalidades nos trasladamos a Iasi, una bella ciudad situada al noreste de Rumanía, para asistir a una conferencia de prensa en representación de nuestros países. Para concluir me gustaría decir que a lo largo de esta semana y media he aprendido a valorar que existe gente diferente con millones de virtudes que pueden aportar mucho en nuestras vidas pero que desafortunadamente pueden quedar excluidas por nuestra sociedad. Al volver de Rumanía me

vuelvo con un buen sabor de boca porque sé que me vuelvo más concienciado, más inteligente, más humilde y con más ganas de cambiar el mundo para que sea un planeta de todas y para todas.

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