Cuando llegué a Italia yo ya conocía un poco el idioma italiano ya que hace unos años estuve viviendo en Italia, después de este año siento que lo he mejorado mucho. Además, los primeros meses en casa me comunicaba en inglés con mis compañeras, aunque tengo un nivel muy bajo de inglés, en aquellos dos meses pues tuve que esforzarme un poco en hablarlo. Por último, el hecho de vivir en provincia de Nápoles, también ha hecho que haya aprendido algunas expresiones napolitanas.
Durante el proyecto he tenido la oportunidad de realizar un curso de «educadora intercultural», trabajar con personas inmigrantes, con niños y niñas que viven en contextos desestructurados. Hacer un voluntariado con personas con discapacidad. En general desarrollar actividades con niños y niñas en el ámbito de la educación no formal.
Todo esto me ha hecho ser una persona más empática, reflexiva y sobre todo me ha ayudado a entender que es muy importante conocer el territorio en el que se va actuar, antes de proponer cualquiera actividad.
También tenido la oportunidad de desarrollar mi propio proyecto enfocado a la comunidad LGBTI. Para el que cree un juego de cambio de roles, un Instagram para la divulgación de información llamado Frattadiversa, también realice una encuesta y la creación de espacios LGBTfriendly.
En Frattamaggiore siempre me he sentido acogida, aunque si al principio me resultaba un poco estresante vivir en un lugar con tanto tráfico. He conocido a mucha gente del lugar lo que me a permitido poder vivir la experiencia de forma más activa y conocer mejor el lugar donde vivo. Por ejemplo, a parte de las actividades con la cooperativa, también fui voluntaria de otro proyecto, que me acerco más a la gente de aquí, también he sido voluntaria de una asociación LGBTI en Caserta, o he participado en un torneo de beach-Volley con chavales y chavales de donde vivo, o a través del proyecto LGBTI que realicé, también he tenido la oportunidad de hablar con muchos de los propietarios de los negocios de Frattamaggiore, ya que una de partes del proyecto consistía en crear zonas LGBTIFriendly.
Ya había vivido hace unos años en Italia, concretamente en Siena, y he de decir que la cultura que hay en Nápoles es muy diferente a lo que conocí en Siena. Yo al ser del sur de España, aquí me he sentido un poco más como en casa. He aprovechado a probar todos los platos napolitanos, he aprendido algunas expresiones y además he conocido muchos lugares de Nápoles gracias a mis amigos y amigas. También, el vivir con una chavala de Alemania y otra de Portugal ha hecho que me acerque un poco a sus culturas, y la verdad que ese prejuicio de los alemanes son personas serias, he de decir que ha desaparecido. Por otro parte también, he trabajado con niños y niñas que procedente de países de Pakistán, Bangladesh o marruecos con los que he aprendido muchas cosas interesantes, incluso probar algún que otro plato típico de estos países.